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"Lámparas de bajo consumo"



Cambiar las bombillas incandescentes que ahora utilizamos por otras de bajo consumo reduciría en 15 millones de toneladas anuales las emisiones en CO2 de Europa y ahorraría una gran cantidad de de energía, equivalente a la que gastan once millones y medio de hogares europeos. El ahorro para el consumidor particular oscilaría entre los 25 y los 50 euros anuales, en función del número de bombillas que tenga en su hogar y del tipo de lámparas que elija para sustituirlas. La factura energética europea bajaría en cinco mil millones de euros.



Retirada progresiva de las incandescentes



Por esta razón, la UE ha puesto en marcha un proceso para retirar del mercado las lámparas menos eficientes, las incasdecentes convencionales, y sustituirlas por otras con mayor rendimiento energético, a lo largo de los próximos tres años.
Para que todos estos beneficios sean efectivos y no queden en pura teoría, es imprescindible que las nuevas lámparas cumplan con las expectativas que prometen en caunto a eficacia energética y duración. De lo contrario, debido a que su precio de compra suele triplicar al de las bombillas convencionales, el negocio puede terminar siendo ruinoso para el consumidor.


De 800 a 950 lúmenes



Las lámparas que hemos analizado tienen potencia eléctrica de 15W, excepto Cegasa Ahorradora, que es de 14. Esta potencia equivale de forma aproximada a la de una bombilla incandescente de 75W si atendemos a la cantidad de luz que producen. Sin embargo, como las lámparas incandescentes están empezando a retirarse, conviene que nos acostumbremos a pensar en estas nuevas potencias más bajas o, lo que es mucho más exacto,a comparar las lámparas por su flujo luminoso en lúmenes den lugar de usar la potencia eléctrica en vatios. Las del análisis anuncian un flujo luminoso que oscila entre los 800 lúmenes de Cegasa, Lexman y Starlight y los 950 lúmenes que arroja General Electric Elegance, según su fabricante.


Imprescindible que duren más de 3 años



Y, por lo que hemos podido comprobar, las cifras que indican se ajustan a la realidad. Todos los modelos analizados están a la altura de lo esperado en rendimiento luminoso y eficacia energética. Sin embargo, todavía hay algunos que acusan en exceso el paso del tiempo y que no resisten la prueba de apagado/encendido, como le ocurre a Sylvania Mini-Lynx Fast Start. En lo que toca al encendido, la rapidez a veces parece reñida con la duración: esta lámpara, la que soporta menor número de ciclos apagar/encender, es una de las más rápidas en alcanzar su máximo flujo luminoso, mientras que otras más lentas resisten mejor. La lentitud al encenderse es un inconveninte serio si la lámpara se va a instalar en la entrada de casa, en el pasillo o las escaleras.
Lexman tampoco ha superado la prueba que acredita al menos 3 años de vida a razón de tres horas diarias, a pesar de que anuncia 8 años de vida.


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